Sensaciones… cuando visitas un edificio que has proyectado pero que, por no llevar la dirección de obra, ni has seguido, ni has visto terminado y menos aún en uso.
Un año ya a pleno rendimiento… la primera sensación viéndolo desde la carretera es grata, el edificio, de volúmenes claros y rotundos, se integra en el entorno. También parece dar la escala buscada al acercarnos.
Primera idea fundamental del proyecto conseguida! “queremos un edificio con una doble escala, que asuma el fuerte desnivel del terreno y lo haga suyo para presentarse al núcleo urbano contundente a la vez que amable y abrirse en abanico al bosque de enfrente permitiendo que éste entre dentro del pueblo a través de intersticios y transparencias”.
El no llevar la dirección de obra implica el no-control de todo lo que no esté definido en proyecto o de todo aquello susceptible de cambio durante el transcurso de la obra.
Las distancias cortas nos reafirman esto!
Si! Todo lo que era susceptible de cambio se ha cambiado, y algunas cosas que estaban perfectamente definidas, también!
No sabemos debido a qué. Estos “detalles” saltan a los ojos del que tiene en su cabeza “lo que debería haber sido”, pero al mezclarnos con los usuarios nos damos cuenta de que para ellos pasan desapercibidos, ellos solo ven «lo que es»
La campana suena y nos desplaza de este mundo de comparaciones a un espacio que se llena de alumnos. Ese espacio, pensado para ello, se enriquece y vibra. La sensación, mucho mejor de lo que imaginamos cuando lo proyectamos/dibujamos.
Es interesante volver, es bonito verlo usar y es muy enriquecedor quedarse con lo que te comentan los usuarios. Los “detalles que nunca serán” se quedan en un cajón.
