Siempre me han gustado esas imágenes de cambio: el antes, donde se intuye el potencial de mejora y el después, cuando finalmente se materializa. Tuvimos la oportunidad de diseñar la reforma de una magnífica vivienda situada en un buen barrio de Madrid, con muchas posibilidades de modernización, tanto en acabados como en funcionalidad. La ejecución de las obras la llevó a cabo construcciones Lahoz Soto.
La vivienda tiene una forma alargada. El salón contaba con ventanales amplios hacia la calle principal y conectaba con el resto de las dependencias a través de un largo pasillo, que terminaba en una habitación de estar con salida a una terraza escondida al fondo del corredor. Toda la tabiquería interior y las instalaciones fueron demolidas para redistribuir y renovar todos los acabados.
La primera de las decisiones de proyecto fue conectar visualmente las dos fachadas, de manera que desde la entrada, es decir, desde el salón principal, se percibiera el salón de estar conectado con la terraza. El pasillo integra las puertas de acceso los dormitorios y el cuarto de plancha con grandes frentes de armarios, instalados por carpintería Guillén para conseguir la máxima capacidad de almacenamiento, según las necesidades de los propietarios.
La cocina era oscura y su distribución no era óptima, se amplió y se diseñó con colores claros para dar sensación de luminosidad y conseguir zona de cocinar con isla, gran capacidad de almacenaje y zona de comer.
Los muebles de la cocina son de la marca Santos, con encimera blanca de Dekton, con el mismo material en los frentes sobre la encimera.
Todas las instalaciones fueron renovadas. Para mejorar el confort de la vivienda además de aislar las fachadas y mejorar las carpinterías y vidrios, se dispuso un sistema de climatización con suelo radiante y refrescante de Uponor. El inmueble cuenta con calefacción central para radiadores por lo que fue necesario la instalación de regulación y de un sistema de producción de apoyo. La iluminación, de Iguzzini integra lineas de luz y módulos Laserblade, que aportan una luz sútil. La vivienda también se dotó de aspiración centralizada de Sach, con tubo retráctil escondido en el falso techo.
Las carpinterías se sustituyeron por el modelo Corvision de Cortizo, que por las reducidas dimensiones de sus marcos, permite contar con la mayor cantidad de vidrio posible para dar protagonismo a la terraza. Todo un lujo en Madrid.
La terraza estaba muy abandonada y tenía numerosas irregularidades tanto en el suelo como en las paredes divisorias con los vecinos.
Se optó por revestirla de tarima de madera tecnológica de Tarimatec de exterior integrando todos los elementos: columnas, chimeneas, contrafuertes e incluso los soportes del toldo retráctil de Bandalux. La terraza pasa a ser el corazón de la casa, disfrutada por la familia y los amigos, durante la mayor cantidad de tiempo posible en el año. Para proteger de posibles accidentes a los niños se instaló una cristalera prácticamente imperceptible de Q-railing.
Los materiales elegidos armonizan entre sí, predominan las gamas de colores claros y neutros. El solado de la vivienda es una tarima tricapa de Winco en acabado roble en lamas anchas y largas. Para los baños se eligieron cerámicos de gran formato y poco espesor, como en el aseo de cortesía el modelo Petra Slimmker de Inalco. En el baño principal destaca la sutileza de la textura de las piezas de Patricia Urquiola para Mutina.
