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La arquitectura que viene

Madrid, 10.02.2012, conferencia, organizada por la Universidad Europea de Madrid y la revista de arquitectura «Future», de Ma Yansong arquitecto chino de 36 años fundador del estudio pequinés I-Mad, referente, en los últimos años de la arquitectura asiática contemporánea, Master por la Universidad de Yale y forjado en estudios como el de Zaha Hadid y Peter Eisenman.

Tras una primera reflexión acerca de cómo la arquitectura puede hacer más libre al individuo, hora y media de proyectos internacionales, pero sobretodo nacionales: renders de contenedores vacíos con formas espectaculares, estructuras imposibles, que nos enseñan el camino que está tomando la arquitectura en este vasto país, formas más o menos sugerentes o literales, escalas salvajes que se refugian en la anécdota para proclamar el respeto por la naturaleza … ningún programa, ninguna planta.
Yo esto ya lo he vivido, a todos nos suena y sabemos que» aquello» es lo que nos ha llevado a «esto».

Evidentemente, oriente tiene derecho a reclamar aquello por lo que occidente ha pasado en las últimas décadas, pero si sigue literalmente nuestro ejemplo, se verá abocada al mismo fracaso.

Lo que resulta sorprendente e inquietante es que sea una Escuela de Arquitectura Española, la que pone esto de ejemplo a sus alumnos, futuros arquitectos. Sólo lo entiendo, si lo hace como preparación para la emigración, inevitable futuro de todo aquel que actualmente quiera ejercer de arquitecto.

La conferencia terminó con la pregunta de una de las asistentes: «¿realmente cree que su arquitectura nos hace más libres? ¿por qué?» la respuesta: «las ilusiones comunes nos hacen, al menos, más felices» … ¿realmente tenemos derecho a extrapolar nuestras ilusiones individuales y convertirlas en las ilusiones de la sociedad … ? ¿es esta la única respuesta que sabemos dar al momento actual … ?

One Comment

  • Natalia dice:

    Sospechabamos que la arquitectura de grandes gestos, cuyo único objetivo parecer espectacular y estar al servicio de un interés personal, no era sostenible. Ahora tenemos la certeza… al menos en España, no ha salido bien. Me gusta la arquitectura social, silenciosa, reflexiva… es un valor seguro.

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